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Uribe denuncia a cerca de 200 mil colombianos de colaborar con las Farc

Publicadas por Somos Sudacas |

Uribe denuncia a cerca de 200 mil colombianos de colaborar con las Farc



Todo colombiano es guerrillero hasta que no se demuestre lo contrario

El presidente Uribe no tuvo reparos en agraviar a la comisiòn de "Colombianos y colombianas por la paz", simplemente porque ofrecieron una salida de menor costo social para devolverle la libertad a un puñado de secuestrados por la guerrilla de las Farc, olvidando que la iniciativa ha sido apoyada por màs de 200 mil compatriotas.



Por Giovanni González Arango



Mucho se ha criticado a los movimientos de izquierda porque en màs de una oportunidad han sacrificado el espìritu humanista que dicen representar cuando ha estado en juego la viabilidad polìtica de su proyecto ideològico.


Pues esta vez es el presidente Uribe y su gabinete ministerial los que parecen hacer prevalecer una conducta idelògica sobre el bienestar colectivo y, lo que es peor, sobre la vida y la dignidad de los colombianos.


Ante el respaldo que los recièn liberados le ofrecieron al trabajo de la comisiòn de notables, en pro de un acuerdo humanitario y en favor de la revisiòn de la polìtica de seguridad democràtica, Uribe volviò a hacer gala de su intolerancia y, sin la menor objeciòn, se atreviò a denominarlos como "los intelectuales de las Farc".


Tales sindicaciones no solo evidencian el sectarismo y el intento de polarizaciòn al que sigue jugando el gobierno sino que deja a las claras que el bienestar de los colombianos lejos està de sus intereses, inmersos en el propòsito por consolidar un proyecto polìtico de ultraderecha, que busca transformar la conciencia colectiva de los colombianos, y en el que no hay lugar a los disentimientos.


Si los colombianos leemos acertadamente todas las incidencias que se encierran en este pronunciamiento, podremos advertir la naturaleza misàntropa que enmarca el proceso polìtico que vive el paìs en la actualidad, en el que no cabe ninguna consideraciòn humnitaria y sì prevalecen el autoritarismo y la infaltable represiòn.


El presidente olvida que sus ataques a la comisiòn de "Colombianos y colombianas por la paz" no solo agrede al grupo de personalidades que han liderado la iniciativa de diàlogo con los actores violentos sino tambièn a los cerca de 200 mil compatriotas que han firmado las cartas que este grupo le ha enviado a la guerrilla de las Farc, que, a la postre, permitieron la liberaciòn de seis secuestrados.

Es evidente el error de càlculo de un presidente que no tolera el menor grado de disenso y que ante un reclamo libre y legìtimo como el que han hecho el ex gobernador del Meta, Alan Jara, y el ex diputado del Valle, Sigifredo Lòpez, en favor del acuerdo humanitario, activa sus mecanismos de defensa, como lo hacen los animales salvajes cuando se ven amenazados.


Uribe no concibe la pluralidad, pues la considera un sinònimo de desobediencia que no es admisible en el proceso de "refundaciòn estructural" al que ha sido sometido el Estado colombiano. De ahí las salidas en falso que, como esta, no deberìan menos que generar el absoluto rechazo de la opiniòn.


Ademàs, resulta evidente que la vida de los secuestrados ocupa un lugar secundario en los intereses del gobierno, pues asì lo demuestran sus mil y un intentos por hacer fracasar el ùltimo proceso de liberaciones. Los sobrevuelos sobre la zona donde fue entregado el primer grupo de liberados, sumado a las declaraciones insultantes en contra de la comisiòn de notables y sus frecuentes mentiras, lo evidencian.


El presidente Uribe ha demostrado, y con creces, que su sed de poder y de mantener la ejecuciòn de un proyecto polìtico de ultradercecha, prevalecen sobre cualquier otra consideraciòn, aùn cuando esos propòsitos vayan en contra de los intereses nacionales.


Esos atentados contra la honra y la dignidad de los que hoy son vìctima màs de 200 mil compatriotas parecen demostrar que en Colombia existen 40 millones de personas susceptibles de ser acusados como colaboradores de la guerrilla de las Farc y de ser enemigos de la patria, como lo ha hecho el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, ante todo asomo de crìtica.


Como se lo dijo el titular de la certera a Colmundo Noticias cuando se le tocò el tema de los "falsos positivos": "cualquiera que sea capaz de atacar la polìtica de seguridad democràtica es porque està en contra de la patria", en concepto del gobierno.



Vistas asì las cosas, no se le haga raro que usted, señor lector, por el simple hecho de atestiguar las consideraciones expresadas por esta voz de protesta, se convierta en objetivo polìtico y militar del Estado colombiano, que ve en sus acciones "temerarias" una innegable "connivencia" con el terrorismo. Allí, por lo visto, no se contempla la esencia democràtica que demanda la carta constitucional del 91.

Somos Sudacas

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Es un Colectivo de comunicación popular y alternativa que surgió en junio de 2001. Nuestro programa fue transmitido ininterrumpidamente hasta el 28 de octubre de 2004 cuando fue cerrado INRRAVISIÓN por el gobierno nacional. Anteriormente la palabra “sudaca” se utilizaba para nombrar a los sudamericanos que se encontraban exiliados en Europa, producto de las dictaduras militares en el cono sur espacialmente. Un término despectivo que también encierra la estigmatización contra los latinoamericanos: “sudor y caca”. Estos dos elementos que para muchos son símbolo de “excoria social” para nosotros significan perseverancia, resistencia y desde el punto de vista fisiológico, una necesidad humana que por fea y desagradable que parezca es parte de nuestro cuerpo. Lo que para los estilistas del lenguaje es peyorativo, para nosotros refleja la exclusión que por tantos años ha padecido los pueblos americanos. Esa odisea que aún no termina y que por tanto, si queremos incidir en el cambio social, debemos mirar hacia los “sudacas” que en la cotidianidad enfrentan la segregación étnica, social, cultural, política y económica.
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